Ejercicio físico: un aliado clave en la prevención del Alzheimer

Ejercicio físico: un aliado clave en la prevención del Alzheimer

El Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas más devastadoras y de mayor impacto en la salud pública mundial. Afecta la memoria, el lenguaje y la capacidad de realizar tareas cotidianas, generando una gran carga para los pacientes, sus familias y los sistemas de salud. Sin embargo, cada vez hay más evidencia científica que respalda la importancia del ejercicio físico como una estrategia efectiva para prevenir y ralentizar el avance de esta enfermedad.

La relación entre el ejercicio y la salud cerebral.

Estudios recientes han demostrado que la actividad física regular mejora la circulación sanguínea en el cerebro, favorece la conexión entre neuronas y estimula la liberación de neurotrofinas, sustancias clave en la regeneración neuronal. Un metaanálisis publicado en The Lancet Neurology destaca que el ejercicio aeróbico puede reducir el riesgo de desarrollar demencia en hasta un 45%.

Además, un estudio realizado por la Universidad de California en 2022, publicado en Journal of Aging and Physical Activity , descubrió que las personas mayores que realizaron caminatas diarias de al menos 30 minutos presentaron un menor deterioro cognitivo y una mayor actividad en el hipocampo, una región clave para la memoria.

Mecanismos de protección cerebral

El ejercicio físico tiene múltiples beneficios a nivel cerebral:

  1. Reduce la acumulación de beta amiloide y tau , principales proteínas involucradas en la neurodegeneración.
  2. Mejora la oxigenación cerebral , optimizando el metabolismo de las neuronas.
  3. Disminuye la degradación crónica , uno de los factores clave en la progresión del Alzheimer.
  4. Estimula la neuroplasticidad , es decir, la capacidad del cerebro de adaptarse y formar nuevas conexiones neuronales.

¿Qué tipo de ejercicio es el más efectivo?

Las investigaciones sugieren que la combinación de ejercicio aeróbico (caminar, correr, nadar) con entrenamiento de resistencia (pesas, ejercicios funcionales) es los más beneficiosa para la salud cerebral. Un estudio publicado en Journal of Alzheimer's Disease indica que los adultos mayores que realizan al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana presentan mejores desempeños en pruebas cognitivas.

Recomendaciones para un cerebro saludable

Para reducir el riesgo de Alzheimer, se recomienda:

  1. Realizar ejercicio aeróbico y de resistencia al menos 3-5 veces por semana.

  2. Mantener una dieta equilibrada , rica en antioxidantes, omega-3 y                  baja en azúcares refinados.

  3. Dormir bien , ya que el descanso adecuado favorece la eliminación                    de toxinas cerebrales.

  4. Mantenerse cognitivamente activo , aprendiendo nuevas habilidades                o resolviendo problemas.

  5. Controlar el estrés , ya que el cortisol elevado puede afectar                                la memoria y la función cerebral.

Conclusión

El Alzheimer no tiene cura, pero existen estrategias efectivas para prevenir su aparición y frenar su progresión. Adoptar un estilo de vida activo es una de las herramientas más poderosas para mantener un cerebro saludable a lo largo del tiempo. Incluir el ejercicio físico como parte de la rutina diaria no solo mejora la calidad de vida, sino que también protege una de las funciones más valiosas: nuestra memoria.

 

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